El presidente francés, Emmanuel Macron, ha esbozado un panorama sombrío para la Unión Europea en medio de la competencia feroz de Estados Unidos y China. Durante su intervención en el foro Berlín Global Dialogue, Macron subrayó que Europa está quedándose atrás en áreas críticas como el cambio climático, la inteligencia artificial, la defensa y la seguridad. Destacó que, si la UE no transforma radicalmente su enfoque, corre el riesgo de quedar irrelevante en el escenario mundial.
Ya en septiembre, Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo, había hecho sonar la alarma en un informe, apuntando que la UE enfrenta un “desafío existencial” a menos que impulse su competitividad económica. Macron expresó su total apoyo a las conclusiones de Draghi, enfatizando la necesidad urgente de implementar estas recomendaciones.
Macron expresó su preocupación sobre la inversión desproporcionada y los avances significativos realizados por Estados Unidos y China. Utilizando el crecimiento del PIB per cápita como indicador, Macron reveló que en las últimas tres décadas, el PIB de Estados Unidos ha crecido un 60%, mientras que Europa ha visto un incremento de solo el 30%. Este retraso, según Macron, es insostenible con el modelo social europeo actual.
Para enfrentar este desafío, Macron recomendó una “sacudida de simplificación” de los regulaciones europeas, sugiriendo que la UE debería reforzar su mercado único. En el ámbito comercial, fue crítico con el incumplimiento de las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) por parte de China y, más recientemente, Estados Unidos. Macron sugirió que, en lugar de simplemente cumplir con las reglas por parte de la UE mientras otros no lo hacen, Europa debería buscar igualdad para sus industrias y ciudadanos.
En conclusión, las declaraciones de Macron son un llamado a la acción para la UE. Es una clara advertencia sobre la necesidad de adaptarse a un mundo multipolar en constante cambio y fortalecer su posición global antes de que sea demasiado tarde. El mensaje es claro: si Europa no actúa rápidamente, podría estar al borde de perder su relevancia global económica y política.