El gobierno húngaro negó el lunes por la noche tener algún papel en los préstamos bancarios otorgados al partido de extrema derecha español, Vox. Según un funcionario del partido Vox, este había recibido préstamos del MBH Bank de Hungría por un valor de 9,2 millones de euros para financiar sus campañas electorales locales y generales de 2023. Este préstamo generó preocupación debido a que el mayor accionista del banco es Lőrinc Mészáros, amigo de la infancia del primer ministro húngaro Viktor Orbán, y el estado húngaro también posee una participación del 30% en el banco.
La pregunta sobre si Orbán tuvo algún papel en esta transacción fue planteada por la parlamentaria opositora Ágnes Vadai, pero el secretario de Estado del primer ministro, János Fónagy, respondió asegurando que los préstamos de un banco comercial a otra nación son decisiones estrictamente comerciales en las que el gobierno no tiene injerencia ni información.
Este no es el primer préstamo político que un banco húngaro otorga a partidos de la derecha europea. Anteriormente, el banco MKB —antecesor del MBH— financió la campaña presidencial de Marine Le Pen en Francia en 2022 con un préstamo de 10,6 millones de euros, dado que otros bancos eran reacios a apoyar su causa.
Además de su reciente alianza en el Parlamento Europeo con el nuevo grupo de extrema derecha liderado por Orbán, llamado “Patriotas por Europa”, los movimientos estratégicos de Vox han sido motivo de debate en España. Aunque Vox ya había asegurado una vicepresidencia dentro del grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), su decisión de alinearse con Orbán suscitó varias críticas. Abascal, líder de Vox, había tenido desacuerdos anteriormente con otros miembros del grupo Patriotas que apoyan la independencia de Cataluña, como la Liga Italiana o los nacionalistas flamencos de Vlaams Belang.
En conclusión, este episodio de préstamos a partidos de derecha en Europa subraya la persistente conexión entre finanzas y política, mientras que el interés de bancos comerciales en respaldar tales movimientos destaca la creciente importancia de la financiación en el cambiante panorama político europeo.