Investigaciones lideradas por la policía antiterrorista del Reino Unido indagan la posibilidad de que espías rusos hayan colocado un dispositivo incendiario en un avión que eventualmente se incendió en un almacén de DHL, en Minworth, cerca de Birmingham. Desde la dilatante llama del pasado 22 de julio, cuando afortunadamente nadie salió herido, las autoridades británicas están en constante comunicación con sus homólogos europeos para entender si este incidente puede estar relacionado con otros similares en el continente.

En particular, un caso análogo ocurre en Leipzig, Alemania, en donde Thomas Haldenwang, jefe del servicio de inteligencia interno alemán, advirtió que el incendio podría haber provocado un accidente si se hubiera encendido a bordo de una aeronave. Las sospechas no son infundadas dado el contexto de tensión: el director general del MI5, Ken McCallum, indicó recientemente que el servicio de inteligencia ruso GRU lleva a cabo una campaña sostenida para generar caos en Europa.

Dicha sospecha se fortalece con incidentes previos en el Reino Unido. Por ejemplo, en abril, dos británicos fueron formalmente acusados de colaborar con la inteligencia rusa en un supuesto ataque incendiario contra un almacén vinculado a Ucrania. Complementando las sospechas, el gobierno británico anunció nuevas sanciones contra 18 petroleros rusos y 4 tanqueros de gas natural licuado, prohibiéndoles el acceso a puertos y servicios marítimos en territorio británico.

David Lammy, Secretario de Estado Británico, declaró que el Reino Unido debe contrarrestar de manera persistente las actividad ruso, desde las tácticas ilícitas hasta los ataques cibernéticos. Estas medidas serían las más extensas implementadas hasta la fecha contra lo que se conoce como la ‘flota en la sombra’ del presidente ruso Vladimir Putin.

Con incertidumbres aún en el aire y sin arrestos realizados hasta el momento, el envolvimiento de los inteligencia rusas sigue siendo un punto clave de las investigaciones y se ve reflejado en las acciones estrictas del gobierno británico. Solo el tiempo dirá si estas medidas surten efecto o si Moscú continuará con sus presuntas tácticas desestabilizadoras en suelo europeo.