La madrugada del viernes fue testigo de una respuesta rápida por parte del Ministerio de Defensa de Rumanía, al desplegar dos cazas F-16 rumanos y dos F-18 españoles. Estos despegues desde las bases de Borcea y Mihail Kogălniceanu ocurrieron entre la 1:52 a.m. y las 3:22 a.m., en respuesta a una amenaza potencial sobre el territorio. Todo esto a causa de drones rusos que, según las autoridades, tenían como objetivos infraestructuras civiles ucranianas muy próximas a la frontera rumana.
La declaración del Ministerio de Defensa rumano fue contundente, al calificar los ataques rusos como “injustificados” y contrarios al derecho internacional. Esta firme condena parece subrayar el compromiso de Rumanía con las normas legales internacionales en un entorno geopolítico tensionado.
Alrededor de las 3 a.m., surge la posibilidad de que uno de los drones rusos cruzara brevemente el espacio aéreo rumano, durante menos de tres minutos. Sin embargo, afortunadamente, no se reportó ningún área de impacto en territorio nacional. Se ha enfatizado que las autoridades llevarán a cabo una investigación para esclarecer los eventuales sucesos.
Este incidente resalta la delicada situación en las fronteras orientales del país y la tensión creciente entre las fuerzas rusas y las infraestructuras ucranianas. Rumanía, junto con los aliados de la OTAN, mantiene un estado de alerta ante cualquier avance que podría vulnerar su soberanía.
En conclusión, el despliegue de cazas y la respuesta de las autoridades rumanas subrayan la seriedad con la que se está abordando la seguridad del espacio europeo. La firme condena hacia las acciones rusas muestra una postura clara de defensa y respeto del orden internacional.