El panorama político en Georgia se calienta con la nueva campaña publicitaria del partido gobernante, “Sueño Georgiano”, que ha despertado la indignación en las esferas políticas de Ucrania. Los anuncios, que han aparecido por primera vez en las calles este jueves, contrastan imágenes en blanco y negro de ciudades ucranianas devastadas con las coloridas imágenes de la vida diaria en Georgia. La intención es clara: calar en los votantes con el lema “Di no a la guerra — Elige la paz”. Sin embargo, estas representaciones han sido criticadas fuertemente tanto por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania como por diversas figuras de la oposición georgiana.
Ucrania ha manifestado su descontento al considerar inaceptable el uso político de los horrores de la guerra, describiendo la publicidad como una explotación de las penurias y sacrificios sufridos en medio del conflicto con Rusia. En opinión del Ministerio de Exteriores ucraniano, tales imágenes equivalen a una violación de la dignidad de quienes han luchado por su supervivencia en medio de la devastación. Asimismo, instan a las partes pertinentes a abstenerse de utilizarlas con fines políticos internos.
En simultáneo, el Presidente de Georgia, Salome Zourabichvili, ha calificado la campaña de “vergonzosa y ofensiva” para la cultura y las tradiciones georgianas. Este sentimiento de repulsión ha sido compartido por Giorgi Gakharia, líder del partido opositor “Por Georgia”, quien ha etiquetado la campaña de “repugnante”, alegando que el partido gubernamental busca ganar las elecciones a toda costa asociando erróneamente el conflicto ucraniano con la posible victoria de la oposición en Georgia.
Con las elecciones parlamentarias programadas para el 26 de octubre, los sondeos indican que “Sueño Georgiano” podría emerger como el partido más grande. De ser así, la dirigencia del partido ha prometido tomar medidas punitivas contra sus rivales al proponer la prohibición de casi todos los demás partidos parlamentarios. Este panorama electoral se presenta en un contexto internacional donde las tensiones con Rusia y el estado del conflicto en Ucrania no pueden ser ignorados.
La crisis política en Georgia, impulsada por esta controvertida campaña, abre una reflexión sobre los límites éticos de la propaganda electoral en el contexto de conflictos internacionales. En un mundo cada vez más interconectado, la utilización de imágenes dolorosas de guerras concretas para favorecer agendas políticas locales eleva serias cuestiones sobre el respeto y la empatía hacia aquellos que sufren en el campo de batalla.