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domingo 20 de de 2024

Tensión en Moldavia por presunta injerencia rusa en comicios

En un contexto de tensión política creciente, el Gobierno de Moldavia ha acusado a Rusia de intentar alterar el resultado de sus elecciones presidenciales y referéndum sobre la adhesión a la Unión Europea. Las autoridades moldavas han denunciado un ejercicio sistemático de “tráfico de votos” y manipulación en los colegios electorales situados en Rusia. Se han visto largas filas de votantes, muchos de los cuales, según clips en redes sociales pro-Kremlin, entonaban canciones patrióticas soviéticas mientras esperaban.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Moldavia ha emitido un comunicado advirtiendo que el masivo flujo de votantes hacia estos colegios electorales en Rusia podría tratarse de un intento por parte de Moscú de interferir en el proceso democrático. Moldavia ha manifestado su preocupación por la organización de un transporte ilegal de votantes hacia estos centros, presuntamente para influir en un voto crucial que decidirá no solo la reelección de la Presidenta Pro-Oeste Maia Sandu, sino también el futuro del país en cuanto a su posible adhesión a la Unión Europea para 2030.

El referéndum requiere de al menos un 33% de participación de votantes para ser validado, una cifra que ya ha sido alcanzada en las elecciones presidenciales, pero el resultado del referéndum aún estaba pendiente. Sin embargo, la limitación del número de papeletas de votación en los colegios de Rusia, de solo 5,000 cada uno, sugiere que muchos ciudadanos moldavos en Rusia podrían verse impedidos de emitir su voto, a pesar de estar dispuestos a hacerlo.

En un desarrollo preocupante adicional, las autoridades moldavas han reportado la transferencia de más de 15 millones de dólares de fondos rusos a al menos 130,000 ciudadanos moldavos, señalando un intento de compra de votos a gran escala, según las investigaciones de la policía local. La presidenta Maia Sandu, quien ha dirigido un giro radical hacia el Oeste desde su elección en 2020, ha establecido vínculos clave con Ucrania y ha logrado el estatus de candidato para la adhesión a la UE.

Además, tanto los gobiernos de Moldavia como de Ucrania han advertido sobre intentos rusos de desestabilización, con rumores sobre planes para derrocar a Sandu a través del apoyo a partidos pro-Kremlin. Con una diáspora moldava que asciende a 1,2 millones, en comparación con los 2,5 millones de su población interna, el voto del exterior será decisivo en estos comicios. La comunidad internacional observa de cerca cómo estas operaciones podrían impactar en un momento crítico para la dirección política de Moldavia.

La situación plantea una reflexión inevitable: mientras Moldavia lucha por encontrar su lugar en el panorama europeo, persiste la sombra de antiguas influencias geopolíticas que intentan frenar su avance. No obstante, el pueblo moldavo ha demostrado un deseo palpable de decidir su propio destino, en medio de una coyuntura política que definirá su futuro a largo plazo.