En un escenario repleto de preparativos, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, se alista para enfrentarse al senador JD Vance en un crucial debate vicepresidencial planeado para el 1 de octubre en Nueva York. Para afinar su estrategia, Walz se reunirá en Minneapolis con el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, quien tiene la misión de emular a Vance durante los ensayos.
La preparación del debate se lleva a cabo bajo la atenta mirada de Walz, que, además, está aumentando su visibilidad a través de eventos de campaña y recaudación de fondos en diversas partes del país. Los preparativos se han intensificado en Minneapolis, y varias voces demócratas han sugerido que podría trasladar su enfoque a un bastión en Pensilvania, o incluso a un distrito republicano en riesgo en Nueva York.
Mientras el equipo de Walz afina sus argumentos, en particular diferenciando las visiones del oficialismo frente a las del ex presidente Donald Trump, Buttigieg juega su papel como asesor en estos ensayos, criticando la “falsa postura populista” de Vance. El intercambio de acusaciones intensifica la atmósfera, con Walz describiendo a Vance como un “capitalista de riesgo desconectado” y Vance replicando, alegando que Walz es un “mentiroso serial”.
La preparación para el debate se nutre también de la experiencia de exmiembros de la Casa Blanca de Biden, quienes coordinan los esfuerzos tras bambalinas. Mientras tanto, el crítico republicano Tom Emmer supervisa los movimientos de Walz revisando grabaciones de debates previos.
Con el fin de semana finalizando, Walz participa en varios actos para recaudar fondos en Nueva York, generando entre 4 y 5 millones de dólares, sumando así recursos para su campaña. Estos eventos incluyeron una gala temática sobre el cambio climático donde fue introducido entre aplausos por el gobernador de Washington, Jay Inslee.
Con una pizca de humor político, Walz agradeció a cierta figura política de Nebraska por resistir intentos republicanos de modificar el sistema de votos del Colegio Electoral, recordando a los asistentes de ese modo la complejidad del sistema político actual. Este tipo de interacciones posicionan a Walz como una figura que combina la política tradicional con un enfoque más contemporáneo.