El ex primer ministro británico Tony Blair ha ofrecido una solución poco convencional para el conflicto en Gaza: la introducción de un tercer partido para gobernar esta región, con el objetivo de poner fin a la prolongada disputa en la zona. Blair, quien fue nombrado enviado especial para la paz en Medio Oriente en 2007, argumenta que ni Israel ni Hamas deberían ejercer tal control, sino un ente neutral que pueda facilitar el proceso de reconstrucción. Este planteamiento llega en un momento de intensificación de hostilidades en la región.

En un movimiento reciente, el ejército israelí bombardeó y destruyó el cuartel general de Hezbollah en Beirut, eliminando a su líder Hassan Nasrallah. Este acto fue una respuesta directa a los ataques con cohetes lanzados por Hezbollah contra Israel después de una incursión de Hamas el pasado 7 de octubre, un ataque que obligó a unos 80,000 israelíes a desplazarse de sus hogares en el norte del país.

Tony Blair ha subrayado que las acciones actuales se enlazan con la violación por parte de Hezbollah de la resolución de alto al fuego de 2006 del Consejo de Seguridad de la ONU, que exigía el retiro de sus fuerzas de la frontera con Israel y su desarme. A pesar de sus esfuerzos iniciales por lograr un acuerdo de paz entre Israel y Palestina, poco progresó durante su mandato en el cargo que ocupó hasta 2015.

Las hostilidades actuales se han visto agravadas por un ataque directo de misiles de Irán contra Israel, quien ya ha prometido una contundente respuesta. En medio de este clima bélico, Blair ha insistido en que la forma en que Israel responde a las amenazas no es más que una postura defensiva tras los ataques sufridos los días 7 y 8 de octubre.

Se vislumbra un camino confuso hacia la paz en Medio Oriente, pero las propuestas de Blair, aunque no sean fáciles de implementar, abren una ventana de discusión sobre posibles soluciones a largo plazo.