En un esperado primer encuentro cara a cara tras más de cuatro años, el expresidente de los Estados Unidos Donald Trump y el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy se reunieron el pasado viernes en la emblemática Trump Tower de Nueva York. Durante esta cita, Trump aseguró que trabajará para encontrar una solución “buena para ambas partes” en el conflicto entre Ucrania y Rusia, problema que él espera resolver rápidamente si resultara electo en las próximas elecciones presidenciales.
Trump destacó la importancia de sus relaciones con ambos líderes, Zelenskyy de Ucrania y Putin de Rusia, describiéndolas como muy buenas, mientras Zelenskyy intercedía para expresar su esperanza en mejorar las relaciones bilaterales. Sin embargo, esta postura de aparente neutralidad de Trump ha suscitado críticas, especialmente después de que el ucraniano le acusara en campañas anteriores de emitir comentarios despectivos hacia él.
Durante la visita de Zelenskyy a Nueva York para dirigirse a la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente ucraniano subrayó la necesidad de detener al presidente ruso, Vladimir Putin, mencionando que contarían con el apoyo de soldados valientes en el campo de batalla, así como con la fuerza de los Estados Unidos después de noviembre.
La constante acusación de Trump sobre que Rusia no habría invadido Ucrania siendo él presidente, resonó en días recientes, mientras sectores republicanos han mostrado escepticismo respecto a la ayuda a Ucrania, algo que no ha dejado de ser fuente de controversia.
Tras concluir la reunión de una hora, un representante de la delegación ucraniana describió el encuentro como muy positivo y detalló que se discutieron planes clave de su estrategia.
Zelenskyy también dejó caer críticas hacia JD Vance, el compañero de fórmula de Trump, habiéndole calificado de ‘muy radical’. Mientras tanto, la visita del mandatario ucraniano a la planta de municiones del Ejército en Scranton, que no incluyó a representantes republicanos, provocó una investigación por parte del presidente de la Comisión de Supervisión de la Cámara, James Comer.
Trump por su parte, continúo su agenda con líderes internacionales, y tras el encuentro con Zelenskyy, cenó con el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, y tuvo una reunión planeada con el presidente de EAU, Mohamed bin Zayed. Además, se ha reunido con el primer ministro de Qatar en su club privado Mar-a-Lago en Florida.
El cruce de declaraciones y el contexto de críticas dentro y fuera del ámbito político plantean interrogantes sobre cómo se gestionará el conflicto ucraniano si Trump retorna a la oficina presidencial. La implicancia de su forma de negociar, hasta la fecha, solo ha generado más debate sobre su efectividad.