Volodymyr Zelenskyy, presidente de Ucrania, se encuentra nuevamente en una intensa batalla diplomática. Su misión: asegurar más apoyo militar de los Estados Unidos mientras la guerra contra Rusia entra en una fase crítica. Durante su última visita a Washington, las esperanzas de Zelenskyy de persuadir a la administración Biden para que levante las restricciones sobre los misiles de fabricación estadounidense que permitirían a Kyiv atacar más profundamente en Rusia se vieron flaqueadas. Sin embargo, la administración de Joe Biden muestra reticencia, preocupada de que tal paso pueda exacerbar la situación con Moscú y no altere significativamente el curso del conflicto bélico.
En el contexto de estas intensas negociaciones, el presidente ucraniano presentó su “plan de victoria” tanto a Biden como al Congreso estadounidense, donde la discusión sobre aumentar la ayuda militar fue robusta. Los debates incluyeron la liberación de un nuevo paquete de ayuda que alcanzaría los 2.4 mil millones de dólares. Parte de estos recursos, un desembolso inmediato de 375 millones, será para enviar armas directo a Ucrania, mientras que el resto se destinará a la producción de nuevo armamento a través de fabricantes de defensa en EE.UU.
En paralelo, Washington enfrenta una creciente presión interna de los legisladores republicanos, quienes han intensificado el escrutinio sobre el destino de los fondos destinados a Ucrania. Además, una reciente visita de Zelenskyy a una fábrica de municiones en Pennsylvania desató críticas, tras la apertura de una investigación sobre el uso de fondos públicos para el evento.
Entre tanto, la sombra de un posible regreso de Trump a la presidencia en las próximas elecciones añade un factor de incertidumbre en el apoyo futuro de EE.UU. a Ucrania. Biden, consciente de esta posible variable, permanece comprometido con Ucrania, pero el debate sobre la estrategia y el apoyo continúa siendo un tema candente no solo en política exterior sino también a nivel nacional.
Por otro lado, la presión sobre Zelenskyy para que permita que Kyiv utilice misiles de mayor alcance proporcionados por los aliados occidentales sigue aumentando. Las voces que instan al cambio son evidentes tanto en el Congreso estadounidense como entre los aliados europeos.
Zelenskyy ha demostrado ser un interlocutor hábil, capaz de mantener el apoyo internacional a pesar de los desafíos geopolíticos y diplomáticos que enfrenta su país en medio de una guerra que ya ha dejado aproximadamente un millón de personas muertas o heridas.
La conclusión a la que se llega es que la lucha de Zelenskyy por asegurar apoyo no es solo una cuestión de artillería y tácticas, sino un despliegue de diplomacia en un escenario global cada vez más complejo. Mientras equilibra intereses diversos, Ucrania continúa jugando su carta de sobrevivencia en escenarios internacionales que muestran un sincero apoyo, pero también cautela sobre los confines del campo de batalla y la mesa de negociación.