AMD ha lanzado una serie de actualizaciones cruciales para optimizar el rendimiento de sus procesadores de escritorio Ryzen 9000, los cuales habían dejado a algunos usuarios insatisfechos tras su lanzamiento. En primer lugar, el desafío principal era la falta de optimizaciones para la predicción de ramas en Windows 11, que obstaculizaba el desempeño. Sin embargo, con la más reciente incorporada en las versiones 23H2 build 22631.44112 y 24H2, se espera que el rendimiento general aumente de un 3 a un 13 por ciento en una variedad de juegos, especialmente en modelos Ryzen 9000 y Zen 5.
Paralelamente, AMD ha mejorado la BIOS con la versión AGESA PI 1.2.0.2, lo que extiende la capacidad de potencia a 105W para procesadores Ryzen 5 9600X y Ryzen 9700X. Esta modificación promete un potencial aumento de velocidad de hasta un 10 por ciento en placas base AM5 y X870, lo que supone una mejora considerable desde el TDP inicial de 65W. Otro avance significativo es la optimización de la latencia de núcleo a núcleo para modelos multi-CCD, que antes requerían dos transacciones para compartir información entre núcleos, algo solucionado por la nueva actualización, disminuyendo significativamente la latencia.
Además, los usuarios pueden ahora beneficiarse de las placas base X870 y X870E, compatibles con tarjetas gráficas PCIe Gen 5, preparando el terreno para las próximas GPU NVIDIA RTX 5000, almacenamiento NVMe y soporte USB4. También se introduce compatibilidad con memoria DDR5-8000 EXPO, ofreciendo una mejora en latencia de 1 a 2 nanosegundos, ideal para entusiastas que desean maximizar el rendimiento de sus sistemas.
En definitiva, estas actualizaciones no solo corrigen problemas previos, sino que también posicionan a los procesadores de AMD como una opción más competitiva en el mercado, ofreciendo mejoras de rendimiento que podrían satisfacer tanto a jugadores como a usuarios exigentes.