La presentación de la PlayStation 5 en 2020 trajo consigo un desafío inusual: la imposibilidad de expandir el almacenamiento desde su lanzamiento. Este inconveniente fue prontamente solucionado por Sony mediante una actualización de software que se lanzó menos de un año después. En ese interín, los videojuegos comenzaron a aumentar considerablemente en tamaño, y la memoria interna de 667GB de la PS5 pronto se mostró insuficiente.
Para aquellos que buscan expandir su almacenamiento, la respuesta se encuentra en los SSD NVMe M.2 Gen4 x4 PCIe estándar. Uno de los modelos más populares es el Corsair MP600 Pro LPX, capaz de ofrecer velocidades de lectura secuenciales de hasta 7,100MB/s y escritura hasta 6,800MB/s. Este modelo incluye un disipador de calor preinstalado y tiene una garantía de cinco años, siendo una opción accesible en cuanto a costo, con precios que oscilan por debajo de los 100,00 € para la versión de 1TB. Aunque no es el más veloz de su categoría, sigue siendo un buen negocio.
Por otra parte, el Crucial T500 Gen4 NVMe M.2 es una alternativa para aquellos con presupuestos ajustados. Sus velocidades de lectura alcanzan los 7,300MB/s. Sin embargo, no ofrece una opción de 8TB, pero se puede encontrar el modelo de 1TB por apenas 60,00 € durante las liquidaciones.
El Sabrent Rocket 4 Plus destaca por su diseño de disipador específico para PS5, lo que promete mejorar la refrigeración. Esta genialidad tecnológica viene acompañada de un costo más elevado, ubicándose entre 130,00 € y 280,00 € según la capacidad de almacenamiento.
En cuanto a las unidades externas, el Samsung T7, conectado a través de USB 3.0, ofrece velocidades de lectura de 1,050MB/s. Aunque es incapaz de ejecutar juegos PS5 directamente desde esta unidad, resulta útil para almacenar juegos mientras no se utilizan activamente.
Por supuesto, Sony impone requisitos precisos para seleccionar el SSD adecuado, que incluyen la capacidad de manejar lecturas secuenciales de al menos 5,500MB/s. Aunque, según pruebas iniciales, la consola puede ejecutar unidades con velocidades de hasta 4,800MB/s, no garantiza futuros inconvenientes con juegos más demandantes.
La instalación de un SSD en la PS5 es sencilla, requiriendo tan solo un destornillador tipo Phillips. Tras apagar la consola y retirar la cubierta externa, se accede al compartimento para la unidad de almacenamiento. Luego, se introduce el SSD en su lugar, asegurándolo con un tornillo. Tras concluir la instalación, la PS5 procederá a formatear automáticamente la nueva unidad.
En conclusión, expandir el almacenamiento de la PS5 asegura tener espacio suficiente sin preocuparse por futuras descargas o actualizaciones. Optar por un SSD adecuado no solo atiende las demandas de espacio actuales, sino que optimiza la experiencia del usuario gracias a las rápidas velocidades de carga y ejecución de juegos.