La Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB, por sus siglas en inglés) ha levantado serias acusaciones contra Apple, alegando que la compañía ha vulnerado los derechos de sus empleados al restringir el uso de Slack y las redes sociales para discutir mejoras en las condiciones laborales. Estos señalamientos surgen de un caso del año 2021, cuando Janneke Parrish, ex-empleada y co-organizadora del movimiento #AppleToo, fue despedida supuestamente por compartir información confidencial, acusación que ella rechaza.
Según el NLRB, Apple no sólo ha despedido injustamente a Parrish, sino que también ha forzado a otro empleado a borrar un post en redes sociales. La denuncia destaca que Parrish había utilizado Slack y las redes para abogar por el trabajo remoto permanente, compartir cartas críticas con la empresa y un cuestionario sobre equidad salarial, además de documentar casos de discriminación sexual y racial en el entorno laboral de Apple.
Apple, por su parte, niega contundentemente estas acusaciones, argumentando que sus políticas buscan mantener un entorno inclusivo y positivo. La empresa sostiene que cualquier canal de Slack necesita la aprobación de un gerente, y los empleados deben dirigir sus inquietudes al grupo de soporte interno. En respuesta a las acusaciones, un portavoz de Apple insistió en su compromiso con la privacidad y su disposición para cooperar durante el proceso judicial programado para febrero, donde se espera que se lleve a cabo una audiencia con un juez administrativo.
Adicionalmente, la NLRB ha destacado que Apple ha obligado a su personal a firmar acuerdos de confidencialidad, no divulgación y no competencia que son considerados excesivamente amplios e ilegales. Estos detalles resaltan la creciente tensión entre la empresa y sus empleados respecto a los derechos laborales y libertades expresivas.
Este caso pone de manifiesto el complejo equilibrio que las grandes compañías tecnológicas deben mantener para respetar la autonomía de sus trabajadores y al mismo tiempo proteger sus intereses corporativos. El resultado de este litigio podría sentar un precedente significativo para futuros casos laborales en el sector tecnológico. La comunidad espera con interés los desarrollos de este litigio, mientras Parrish y sus colegas siguen su batalla por justicia laboral.