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miércoles 23 de de 2024

Atacan la seguridad de los sistemas de reconocimiento facial

Los sistemas de reconocimiento facial han avanzado significativamente, utilizándose en diversas aplicaciones como desbloqueo de dispositivos, operaciones militares y como tecnología biométrica sin contacto. Sin embargo, enfrentan desafíos críticos en seguridad debido a ataques adversariales, especialmente ataques físicos.

Los ataques adversariales físicos, a diferencia de los digitales que alteran píxeles directamente, manipulan objetos del mundo real para engañar a los sistemas de reconocimiento facial. Estos ataques se han clasificado en tres categorías principales: ataques basados en disfraces, infrarrojos y basados en iluminación.

Los ataques de disfraces se ejecutan utilizando accesorios materiales como gafas, sombreros o máscaras que han sido específicamente diseñados para engañar al sistema. Estos accesorios pueden ser creados con modelos generativos adversariales, que combinan pérdida por contenido y estilo para optimizar la eficacia del engaño.

En cuanto a los ataques basados en infrarrojos, estos se enfocan en emitir luces infrarrojas que son detectables por los sistemas de reconocimiento facial pero invisibles al ojo humano, desfacilitando las características faciales requeridas por el sistema.

Por otro lado, los ataques basados en iluminación manipulan las condiciones lumínicas al proyectar patrones o ajustar el tipo y la dirección de la luz, creando sombras o iluminaciones que confunden al algoritmo de reconocimiento.

Pese a los avances en técnicas adversariales, los sistemas de defensa también han evolucionado. Los métodos de defensa pueden basarse en la detección de parches adversariales o en la purificación de entradas para que los modelos de reconocimiento facial logren despreciar influencias adversas sin comprometer su función.

Las recientes investigaciones sugieren que, pese a los desarrollos actuales, aún hay una gran necesidad de investigar los enfoques híbridos de defensa y optimización de robustez de ataques dentro de estos sistemas. El futuro de la defensa y ataque a sistemas de reconocimiento facial reside en implementar modelos más complejos que tomen en cuenta múltiples modalidades de entrada para aumentar la precisión y resistencia ante situaciones adversas.

En conclusión, la seguridad del reconocimiento facial frente a ataques físicos adversariales es un área en constante evolución. Con cada nuevo ataque sofisticado surge la necesidad de una defensa igualmente avanzada, orientada hacia un sistema que no sólo sea efectivo en condiciones controladas, sino también en situaciones del mundo real, donde las variables externas no siempre son controlables. La colaboración entre el desarrollo de nuevas técnicas adversariales y defensivas será esencial para asegurar un progreso sostenible en esta tecnología.