En medio de un clima cargado de tensiones políticas y de ciberseguridad, un grupo de hackers iraníes intentó interferir en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos al enviar información confidencial a personas asociadas con la campaña del entonces presidente Joe Biden. Según informes oficiales emitidos por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, el FBI y la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad, estos correos contenían materiales robados del equipo de campaña del expresidente Donald Trump.
Estos documentos, que jamás debieron estar en el dominio público, se enviaron sin ningún tipo de invitación ni advertencia, y no existe evidencia de que los destinatarios hayan respondido a tales correos maliciosos. El intento de penetración no se limitó al equipo de Biden, ya que también pusieron a disposición de medios como The Washington Post y Politico la información sustraída, lo que desencadenó una investigación del FBI.
Las tácticas utilizadas por los hackers incluyeron técnicas de ‘spear-phishing’, ingeniosas y hábilmente disfrazadas para engañar a sus víctimas. Desafortunadamente, una de sus maniobras logró apoderarse de una cuenta de correo de Roger Stone, asesor cercano de Trump. Con esa cuenta, extendieron estos correos a su lista de contactos, abriendo aún más la puerta para potenciales vulneraciones de seguridad.
Según información adicional, los hackers firmaban sus emails con el nombre “Robert” y usaban una dirección de AOL para enviar estos mensajes, pero negaron su vinculación con los atacantes iraníes cuando fueron interpelados. Lo robado parece incluir la investigación del equipo de Trump sobre JD Vance, su candidato a vicepresidente, y algunas encuestas internas.
A pesar de los esfuerzos del equipo de Trump para obstruir la divulgación pública de esta información robada y su llamado a la transparencia del equipo de Kamala Harris, no consta que el equipo demócrata haya recibido tal documentación. De hecho, Morgan Finkelstein, portavoz de Harris, asegura que están colaborando con las autoridades y manifiesta ignorancia sobre la recepción directa de tal material.
Mientras tanto, Microsoft descubrió que un grupo vinculado al gobierno iraní había creado un sitio web destinado a atacar la imagen del expresidente Trump. Sin embargo, Irán no es el único país buscando desequilibrar el escenario electoral de EE.UU. Se reporta que granjas de trolls asociadas al Kremlin están activamente relanzando campañas de desinformación con el objetivo de desacreditar a Harris y Walz.
Este suceso revela una luz sobre la constante amenaza que enfrenta la ciberseguridad en el ámbito político mundial, y deja claro que mientras haya vulnerabilidades, siempre existirán quienes intenten aprovecharse de ellas. La cooperación internacional y la firme respuesta de las autoridades son esenciales para mitigar estos riesgos.