El continente europeo está tomando medidas audaces para abordar su déficit en la industria tecnológica, poniendo en marcha un club exclusivo de inversores que busca canalizar fondos a empresas de alto riesgo ligadas a tecnologías innovadoras. Este esfuerzo forma parte de la estrategia de la Comisión Europea para cerrar la brecha financiera que a menudo deja a estas compañías sin los recursos necesarios para comercializar sus productos y escalar en el mercado.
Encabezado por la comisaria europea de innovación saliente, Iliana Ivanova, el “trusted investors” network comenzó a operar en Atenas. Esta ambiciosa red, con 71 miembros hasta ahora, dispone de más de 90 mil millones de euros en activos para fortalecer a las startups tecnológicas. Entre los miembros destacados se encuentran fondos de inversión tan relevantes como el Innovation Fund de la OTAN, Atomico del Reino Unido —conocido por respaldar a empresas fintech como Stripe y Klarna— y EQT de Suecia. También se han unido entidades financiadas por el estado como la francesa Bpifrance y la holandesa Invest-NL.
El problema de la capacidad de Europa para adoptar, comercializar y escalar nuevas tecnologías fue subrayado por un grupo de expertos de la Comisión. Al mismo tiempo, Wolfgang Ischinger, un veterano diplomático alemán, ha enfatizado que esta disparidad en el ámbito tecnológico representa el desafío más significativo a largo plazo para el continente.
Diferenciándose de los enfoques anteriores, el nuevo fondo lanzado en 2021 por la Comisión Europea se distingue por tomar participaciones accionarias en las empresas, en lugar de limitarse a otorgar subvenciones. Hasta el momento, ha destinado casi mil millones de euros a más de 250 startups, incentivando un flujo adicional de 4 mil millones de euros en forma de coinversiones privadas.
El futuro está marcado por la promesa que hizo Ursula von der Leyen, presidente de la Comisión, de expandir esta iniciativa aún más. Este esfuerzo está en sintonía con las prioridades del próximo comisario designado para las startups, la búlgara Ekaterina Zaharieva.
Con un panorama desafiante pero prometedor, la apuesta del club de inversores por reforzar la industria tecnológica europea parece firme y decidida a transformar el potencial innovador del continente en una fuerza de mercado tangible.