En marzo de 2013, Dong Nguyen lanzó Flappy Bird, un juego que rápidamente se convirtió en un éxito viral en dispositivos móviles. Poco después, en enero de 2014, alcanzó el pico de popularidad al generar aproximadamente 50.000,00 € diarios en ingresos publicitarios. Sin embargo, en febrero del mismo año, Nguyen retiró inesperadamente el juego de las tiendas de aplicaciones debido a su creciente adicción entre los usuarios. En una entrevista con Forbes, explicó que la intención original de Flappy Bird era ser un juego para relajarse en breves minutos, pero la adicción se convirtió en un problema, por lo que decidió eliminar el juego, afirmando que “es mejor quitarlo por completo”.
Recientemente, surgió la noticia de que Flappy Bird regresaría a las plataformas móviles en 2025, gracias a un nuevo equipo de “fans apasionados” que han tomado la batuta del proyecto. Este equipo obtuvo los derechos del nombre después de que el registro de la marca se considerara abandonado, y Gametech Holdings LLC, al parecer, lo adquirió sin costo. Dong Nguyen, el creador original, rápidamente se distanció del proyecto, dejando claro en las redes sociales que no tenía ninguna conexión ni interés económico en esta nueva versión. “No tengo relación con su juego. No vendí nada. Tampoco apoyo las criptomonedas”, tuiteó Nguyen firmemente el 15 de septiembre de 2024.
Es improbable que Nguyen hubiera revivido el juego por su cuenta. En el momento de su apogeo, los altos ingresos contrastaron con la presión y el desasosiego que sentía el creador, culminando en su retirada del juego. La noticia de su regreso ha sido recibida con entusiasmo, aunque la ausencia y desaprobación de Nguyen levanta dudas sobre la dirección y esencia de este nuevo Flappy Bird.
Aunque el regreso de Flappy Bird inicialmente parece capturar la nostalgia de muchos, la falta de implicación del creador original sugiere un juego diferente al que muchos recuerdan. La historia de la aplicación sigue siendo un fascinante estudio sobre el impacto de los juegos móviles en la vida diaria y cómo, a veces, un pequeño juego puede convertirse en un fenómeno cultural con consecuencias inesperadas.