El uso de robots socialmente asistivos (SARs), como el robot PARO, ha demostrado ser beneficioso para el bienestar de las personas, especialmente cuando estos robots pueden proporcionar interacción social similar a la de los animales. A pesar de que las interacciones táctiles con estos robots son enriquecedoras, generalmente se limitan a sentir la textura o los movimientos de su “piel”. Un estudio reciente publicado por investigadores de la Universidad de Glasgow y Ruhr-Universität Bochum indaga en la incorporación de latidos cardiacos vibrotáctiles para intensificar la experiencia táctil mejorando así la presencia social del robot y la regulación emocional de los usuarios.
Durante el estudio, 30 participantes, con edades entre 19 y 40 años y sin antecedentes vinculados a trastornos de ansiedad, fueron sometidos a ver películas de terror en tres modalidades: solos, acompañados por el robot PARO estándar, y con un PARO mejorado con la capacidad de emitir latidos vibrotáctiles rítmicos. Esta investigación sugirió que la simulación del latido del corazón en el PARO intensifica la sensación de confort, brindando al usuario una distracción positiva y un apoyo socio-emocional tangible.
Los latidos cardiacos vibrotáctiles llevaron la percepción del robot a un nivel superior, donde los participantes lo describieron más “vivo” y presente, semejante a la experiencia de estar con una mascota o tener a alguien cerca que transmita calor humano, regulando así sus niveles de estrés. Las expresiones de los participantes destacaron que el PARO no solo proporcionó compañía al similar contacto físico animal, sino que también ayudó a desviar la atención de las escenas agobiantes de las películas, redirigiendo el foco al seno del robot.
A través de un enfoque cualitativo y metodológico riguroso, el equipo de investigación empleó latidos registrado a 60bpm adaptados a un 80% del ritmo cardíaco en reposo de cada participante. Estas intervenciones, a diferencia de métodos alternativos para inducir estrés, como tareas de stress planificadas, permitieron un análisis situado y dentro del contexto de percepción social.
Por otro lado, algunos participantes no lograron identificar inmediatamente el latido vibrotáctil como lo que pretendía simular. Esto destacó la importancia de que estos estímulos hapticos cuenten con un significado claro y conexión emocional que recuerde experiencias de vida reales para asegurar su impacto positivo en las interacciones con el SAR.
Este estudio ofrece una puerta abierta para el diseño futuro de SARs que incluyan experiencias táctiles más completas, ayudando a brindar la compañía emocional que muchos usuarios pueden necesitar en situaciones de soledad o estrés, todo ello mediante una interacción física perfectamente cuidada y significativa. A juzgar por las respuestas de los participantes, la combinación de avances tecnológicos en el área de la robótica y el enfoque en la interacción humano-robot parece prometer grandes beneficios para el bienestar emocional de las personas en entornos desafiantes.