La tensión entre los principales potencias tecnológicas del mundo se intensifica con el enfoque firme de la Unión Europea y Estados Unidos sobre los riesgos potenciales que presentan los vehículos conectados de fabricación china. Estos coches, descritos en las palabras de la comisionada digital de la UE, Margrethe Vestager, como “computadoras sobre ruedas”, tienen la capacidad de registrar ubicaciones y datos que se pueden transmitir a entidades externas, lo que ha alimentado las preocupaciones sobre espionaje y sabotaje.
Recientemente, la administración estadounidense manifestó su intención de prohibir que tecnología china conecte coches a Internet, citando amenazas de ciberhackeo. Bruselas, alineándose con Washington, está evaluando medidas semejantes, manifestando así su preocupación respecto a la posible explotación de estos vehículos para actividades malintencionadas.
Dentro del marco de una disputa tecnológica constante entre Estados Unidos, China y Europa, se aborda la creciente rivalidad en áreas como inteligencia artificial, microchips y redes 5G. Estos conflictos se alimentan de temores a la coerción económica, el espionaje y las disrupciones en las cadenas de suministro.
Además de estas preocupaciones, la Unión Europea ha intensificado sus aranceles sobre vehículos eléctricos subsidiados por China, intentando limitar la invasión masiva de dichos automóviles al mercado europeo.
Las implicaciones para el sector automovilístico son significativas. Las medidas consideradas por aprovechamiento de las tecnologías conectadas generarán un notable impacto en la industria automotriz europea y global. Esto es especialmente preocupante para los fabricantes que dependen del mercado chino para su propio éxito financiero.
En agosto, regulaciones de ciberseguridad en vehículos promovidas por la Comisión Económica para Europa de la ONU impactaron en la disponibilidad de modelos en la UE. Por ejemplo, el modelo Macan de Porsche fue retirado, y MG, propiedad del fabricante chino SAIC, no logró registrar ningún vehículo ese mes.
Una propuesta de “caja de herramientas” para la cadena de suministro de TIC espera convertirse en una guía regulatoria no vinculante. Aunque dependería de la disposición de los gobiernos nacionales para implementar restricciones estrictas, se espera que este enfoque imite el “Caja de Herramientas de Seguridad 5G” que condujo a la restricción de proveedores chinos de telecomunicaciones, como Huawei.
La colisión de intereses en torno a la tecnología conectada en vehículos resalta un dilema para Europa: manteniendo su seguridad tech, pero también su base económica. A medida que el mundo observa si Europa y los Estados Unidos logran establecer pautas equilibradas, se prevé que esto solo sea otro capítulo en la pugna tecnológica global.