Una serie de documentos no redactados han revelado la creciente preocupación sobre el uso de TikTok y sus efectos negativos en la salud mental de los adolescentes. Según la información recopilada de una demanda presentada por la Oficina del Fiscal General de Kentucky, la aplicación es altamente adictiva y genera una ola de problemas emocionales y cognitivos, tal y como se indica en los informes. El juego entre el diseño de TikTok y la psicología del usuario adolescente parece predisponerles a una compulsión de uso que interfiere con tareas diarias como el sueño, el trabajo escolar, y las relaciones familiares. Curiosamente, aunque TikTok introdujo una herramienta de gestión del tiempo que limita el uso a 60 minutos diarios, los jóvenes superan fácilmente este límite, consumiendo alrededor de 107 minutos diarios.
Los documentos exponen, además, que TikTok es consciente de la formación de “burbujas de filtro” que pueden llevar a los jóvenes a consumir contenido negativo y potencialmente dañino. Las investigaciones internas revelaron que tras seguir ciertas cuentas, los usuarios quedaban atrapados en estos círculos dañinos en cuestión de 30 minutos. A esto se suma la existencia de contenidos que promueven desórdenes alimenticios y otros comportamientos perjudiciales.
Otro tema candente es el acceso de menores de 13 años a la plataforma, algo que la propia TikTok parece no controlar eficazmente, ya que las moderaciones y censuras de contenido inapropiado son insuficientes, permitiendo que material que contraviene sus normas permanezca online.
La plataforma defiende sus medidas de seguridad, aunque la realidad presentada en la demanda describe un panorama más problemático. Según el portavoz Alex Haurek, TikTok ha implementado funciones para mejorar la seguridad, como la eliminación proactiva de usuarios demasiado jóvenes o el establecimiento de normas de privacidad para menores. Sin embargo, la falta de eficacia en la aplicación de estas medidas pone en tela de juicio su compromiso real con la seguridad de sus usuarios adolescentes.
La situación actual dibuja la complicada relación entre el diseño atractivo de las redes sociales y el bienestar de los jóvenes, destacando la urgencia de encontrar un equilibrio adecuado entre el uso de la tecnología y la protección de la salud mental.