Un reciente estudio, realizado en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong, ha arrojado resultados prometedores sobre cómo los museos de realidad virtual (VR) podrían transformar la experiencia de visita para los adultos mayores, superando obstáculos gráficos que los museos tradicionales presentan por limitaciones de movilidad. Un grupo de seis adultos mayores participó en un taller participativo, revelando tanto los desafíos actuales como sus preferencias en estos entornos virtuales.
En particular, el estudio destacó que la navegación y la orientación espacial en los museos de realidad virtual todavía representan un reto significativo para este grupo etáreo. Durante las sesiones, cinco de los participantes expresaron dificultades para ubicarse correctamente o moverse hacia una exhibición específica. Esta preocupación encuentra eco en experiencias previas de visitas a museos físicos donde, como describió uno de los participantes, “a menudo me encuentro pasando demasiado tiempo buscando las exhibiciones que deseo ver”.
El uso de descripciones interpretativas en los museos VR presentó otro desafío. Cuatro de los participantes no estaban satisfechos con las explicaciones proporcionadas por los sistemas actuales, calificándolas de demasiado complejas o no ajustadas a sus capacidades cognitivas. “Las explicaciones son excesivamente especializadas, superando mi nivel de conocimiento,” observó un participante.
Sin embargo, los hallazgos no fueron del todo desalentadores. Los adultos mayores demostraron una marcada preferencia por experiencias interactivas y multisensoriales dentro del entorno virtual. Cuatro de ellos incluso expresaron interés por “probarse” artículos artesanales virtualmente o desarmar objetos mecánicos para entender mejor su funcionamiento.
Sobrecoge el interés de estos individuos en socializar durante las visitas a los museos virtuales. P4 expresó la intención de compartir futuras experiencias de museos VR con “miembros de la familia, antiguos colegas o nuevas amistades”, considerando estas visitas como la plataforma perfecta para debates compartidos.
En base a estas observaciones, los investigadores propusieron varias mejoras potenciales para los museos de VR, incluyendo interfaces de voz para la navegación, explicaciones interpretativas personalizadas a través de herramientas generadas por inteligencia artificial, y modos de exploración flexibles que permiten tanto visitas individuales como experiencias compartidas.
Conclusivamente, aunque la tecnología de VR aún necesita evolucionar para satisfacer completamente las necesidades de los adultos mayores, se vislumbra un panorama prometedor en su capacidad de posibilitar experiencias ricas y accesibles para dichos usuarios. Las futuras investigaciones deberán centrarse en perfeccionar estas interacciones y demostrar de manera concluyente la eficacia de estas potenciales mejoras en la experiencia del usuario mayor. Esta investigación preliminar anticipa un futuro inclusivo donde los museos VR sirven como portales para la educación, la interacción social y la exploración personal sin los límites impuestos por la movilidad física.