El servicio de redes sociales X está de vuelta en Brasil tras un bloqueo de cinco semanas impuesto por el Tribunal Supremo del país. En el centro del conflicto estaba la exigencia de la corte hacia X para bloquear ciertas cuentas en Brasil, una medida que la compañía describió como “órdenes de censura”. A pesar de la resistencia inicial, X finalmente accedió a las demandas del tribunal, lo que resultó en la descongelación de sus cuentas bancarias brasileñas y el pago de casi 5 millones de dólares en multas.
El levantamiento de la prohibición fue anunciado por el Juez Supremo Alexandre de Moraes, quien confirmó que la empresa había cumplido con los requerimientos legales, permitiendo así el reanudamiento del servicio. Este desenlace es el fin al menos temporal de una dilatada disputa entre Elon Musk, propietario de X, y las autoridades brasileñas.
Curiosamente, mientras X estuvo fuera de línea, Bluesky, otra plataforma social iniciada por Jack Dorsey, ex-CEO de Twitter, se benefició del enlentecimiento del servicio. Bluesky registró más de 2 millones de nuevos usuarios en los días posteriores a la prohibición de X, indicando un cambio dinámico en la preferencia de los usuarios brasileños.
A nivel internacional, X reafirma su compromiso de defender la libertad de expresión dentro del marco legal en todos los países en los que opera, como expresó en su declaración oficial llegada tras las tensiones vividas en Brasil.
El caso de X refleja las complejidades intrínsecas entre el ámbito digital global y las jurisdicciones legales nacionales. A medida que retomamos la vida digital en Brasil, queda por verse si las lecciones aprendidas servirán para avivar políticas más coordinadas y transparentes en el futuro.